La TDT ya está entre nosotros y será una invitada que vivirá en casa durante muchos años. Con su llegada, el panorama televisivo ha empezado a cambiar y estos cambios son, sólo, una anticipación de lo que vendrá. Y esto, limitándonos a hablar de la TDT, porque si añadiésemos los cambios que nos aportan, y nos aportarán, las nuevas tecnologías de la comunicación, necesitaríamos otro artículo.
A pesar de que, por razones históricas, en este país no hay una gran presencia religiosa en los medios de comunicación, lo cierto es que en todo este panorama hay una pequeña programación.
El debate que debemos abrir, inicialmente en casa, es preguntarnos cómo podemos garantizar los derechos, que hasta ahora nos ha costado tanto conseguir, para mantener y ampliar la presencia de programas religiosos en la televisión y la radio de titularidad pública de este país.
Si nosotros, que somos los que estamos más directamente implicados e interesados, no abrimos este debate y presentamos nuestras iniciativas, cuando se tomen las decisiones sobre los nuevos canales digitales y las nuevas programaciones no contarán con nosotros.
Como dice la famosa cita histórica: Ahora es el momento, compañeros. Ahora es el momento.